Emma Schoen es un estudiante de la Universidad Viterbo que estudia bioquímica y español. Este verano ella y un grupo de otros estudiantes fueron a Lima, Perú, en un viaje de misioneros, organizado por el Ministerio del campus. El grupo de 10 en total fue dirigido por Emilio Alvarez, nuestro Ministro. Se quedaron en Perú 10 días en total. Durante la misión los estudiantes se ofrecieron como voluntarios en Casa Hogar, patrocinada por la Diócesis de La Crosse, que ofrece albergue donde a niños, los cuales reciben “una fe, una familia, y una oportunidad de futuro, una promesa que merecen tanto.”
Casa Hogar ayuda a niños que no tienen familia o tienen una familia que no puede solventarles las necesidades básicas, proveyéndoles una comunidad hasta que cumplan los 18 años y sea hora de volver a entrar en el mundo exterior.
Durante su viaje los estudiantes de Viterbo fueron a la misa cada día, rezaron con los niños, llevaron a los chicos a la escuela, explicaron sus creencias e ideas de Dios, ayudaron con su tarea de inglés y matemáticas, hicieron pan, entregaron las donaciones que trajeron con ellos en el vuelo, e hicieron otros proyectos de servicios. Todas las cosas y recursos proporcionados a los niños fueron donados y la única manera en que puede recibirlos es si las donaciones se entregan directamente en el campus porque cualquier cosa que se les envíe y no se entregue en la puerta de Casa Hogar, corre el riesgo de será robada.
También los estudiantes tuvieron conversaciones personales sobre sus vidas en los Estados Unidos y describieron como siguen a Dios en sus vidas. Por esta razón, se esperaba que los voluntarios se vistieran modestamente como ejemplo de que no es necesario mostrar partes de su cuerpo porque todo el mundo es hermoso a los ojos de Dios.
Cuando le pregunté a Emma “Por qué tu decidiste ir a este viaje,” ella repondió: “Creo que decidí ir porque quería hacer un viaje de la fe para servir a Dios y a otros.” Fue una manera de tener una realización religiosa y crecer en su fe. También ella fue capaz de mejorar sus habilidades en español en una nueva ubicación y cultura. Emma me dijo que, para ella, la importancia del viaje fue el mensaje que Él me envió a través de los niños, que los tenemos también aquí y que Dios tiene una razón en nuestras vidas. Ella no había visto algo como esto antes de ir a Perú y en el futuro quiere continuar yendo a más viajes de ministerios.
Las experiencias que Emma tuvo en Casa Hogar son algo que no puede olvidar y que cambió su vida. Aprendió que las cosas materiales no son importantes porque los niños que viven allí no tienen nada a su nombre.
Pregunté a Emma cuál era su historia favorita del viaje y ella describió cómo el fundador de Casa Hogar le dijo que un día él estaba caminando por las calles de Perú y paró porque había una chica pequeña, cubriéndose con un periódico. Él le ofreció pan a la chica y ella lo tomó, agarró la mano de su hermanito dormido, de debajo del periódico, y le dio el pan para que comiera. Cuando él le preguntó por qué no se llevaba el pan para ella, ella respondió que no era su turno de comer. Ella ya comió el día antes. Esta fue la razón por la que empezó Casa Hogar.
El resultado total de este viaje en Emma y los otros estudiantes fue una conexión espiritual: “El viaje nos sacó de nuestras zonas de confort, pero a medida que llegamos a conocer a los niños y cómo eran sus vidas, valió la pena” .
También vimos la diferencia en los estilos de vida y la cultura, así como el nivel de gratitud de los niños por cosas aparentemente pequeñas que tuvieron un gran impacto en sus vidas.
Para más información contactar a
Emilio B Alvarez
director de Campus Ministry:
608-796-3805