Inmigrantes latinos de segunda generación en los Estados Unidos

Por Alessandra Betchner

Desde hace muchos años, los inmigrantes han sido considerados miembros de la clase social más baja en los Estados Unidos. Ellos afrontan la discriminación diariamente y sufren las consecuencias del clasismo estadounidense. Los inmigrantes y sus familias constituyen una población significativa en el país, con alrededor del 50% llegando de México y otras naciones hispanohablantes. Son padres y madres, ancianos y niños, trabajadores, refugiados, y personas buscando una vida mejor. Cuando llegan, tienen que enfrentar el nuevo reto de asimilar y adaptarse a una nueva cultura. Sabemos algo sobre las luchas que enfrentan los inmigrantes latinos, pero ¿cómo se ven afectados los hijos de estos inmigrantes y cómo es su crianza única a la de los niños americanos típicos?
En el 2019, casi 45 millones de inmigrantes vivían en los Estados Unidos, la mayoría de Asia y Latinoamérica. El 44% de estos inmigrantes vinieron de países latinoamericanos (aproximadamente la mitad de ellos de México).


Los latinos de segunda generación forman uno de los grupos más específicos en los Estados Unidos. Más de dos tercios de la población latina son de la segunda generación, es decir, nacieron y crecieron en los Estados Unidos y tienen uno o ambos padres que nacieron en Latinoamérica. Son adultos y niños también, pero tienen muchos aspectos de su crianza en común. El ejemplo más significativo es el bilingüismo: 40% de los hijos de inmigrantes latinos son competentes tanto en inglés como en español. Los estudios muestran que la tasa de bilingüismo entre los latinos de segunda generación aumenta a medida que los niños crecen.

Además de los idiomas, los latinos de segunda generación experimentan una combinación única de culturas. Es común que sus vidas sociales reflejen la cultura estadounidense en ambientes como la escuela y el trabajo, y que sus vidas familiares privadas reflejen sus culturas nativas en lugares como iglesias y casas de oración, así como en el hogar. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto una experiencia más integrada entre los latinos más jóvenes de segunda generación y los latinos de tercera generación. Aunque todavía hay un estigma alrededor de hablar idiomas extranjeros públicamente, las generaciones más jóvenes de latinos están siendo alentadas a hablar ambos idiomas y vivir orgullosamente en ambas culturas. En la educación, hemos visto un aumento de las escuelas bilingües y de las becas que permiten a los hijos de inmigrantes tener mejor acceso a la educación superior.
Para concluir, los latinos de segunda generación agregan mucha riqueza a la cultura estadounidense en los aspectos del idioma, la educación, la cultura en general, y especialmente su actitud de aceptación.