El lunes 29 de septiembre, en el Pump House Regional Art Center en La Crosse, Wisconsin, La Piztola, un colectivo de arte urbano originario de Oaxaca, México, ofreció una inspiradora conferencia y taller. El Colectivo compartió la historia de sus inicios, el significado detrás de su arte y los poderosos mensajes sociales y políticos que impulsan su trabajo. Su visita le enseño a la comunidad de La Crosse la oportunidad de interactuar directamente con artistas que utilizan la creatividad como una forma de resistencia.
El nombre La Piztola tiene un profundo simbolismo. Es un juego de palabras entre lápiz y pistola, que representa la idea de que el arte puede ser tan poderoso como un arma para generar cambio social. El grupo fue formado por los diseñadores Rosario Martínez Llaguno, Roberto Vega Jiménez y Yankel Balderas después del movimiento de maestros de 2006 en Oaxaca, una protesta que provocó problemas políticos y llamó la atención sobre la desigualdad y educación en México. Motivados por estos acontecimientos, los artistas comenzaron a producir arte callejero con temas políticos que combina fotografía, medios digitales y técnicas de esténcil. Su objetivo era crear arte que no solo expresara las emociones del pueblo, sino que también inspirara acción y reflexión.
Las obras del Colectivo La Piztola se caracterizan por colores vibrantes, siluetas y figuras que comunican esperanza, lucha y resiliencia. Sus murales suelen incluir la alegría y la tristeza, mostrando escenas de niños felices, pero también imágenes más oscuras que contienen temas como la violencia del narcotráfico, las madres que buscan a sus hijos desaparecidos y las familias migrantes que enfrentan la separación. Al combinar la belleza con el dolor, su arte captura la complejidad emocional de la vida en el país y, en general, de la experiencia latinoamericana.
Aunque su taller en Oaxaca se mantiene pequeño, esta es una elección intencional. Roberto y Rosario explicaron que mantener un equipo pequeño les permite crear un espacio más íntimo y colaborativo para que los artistas puedan conectarse y expresarse libremente. Esto refuerza su creencia de que el arte es más poderoso cuando se conecta con la comunidad. Desde su estudio, continúan creando murales que demuestran que el arte hecho con autenticidad puede trascender fronteras.
Gracias a sus poderosos contenidos y su estilo visual, La Piztola ha ganado reconocimiento internacional. Su trabajo se encuentra no solo en México, sino también en Estados Unidos, Sudamérica y Europa. Su alcance global demuestra cómo el arte puede tender puentes entre culturas e idiomas, resonando con personas de todos los orígenes. Muchos inmigrantes y grupos marginados se ven reflejados en las obras de La Piztola, que exploran emociones universales como el dolor, la resistencia y la esperanza. Como describió Roberto durante la conferencia: “nuestra obra es un grito, pero está puesto en una pared.”
La visita de La Piztola a La Crosse sirvió como un recordatorio del poder transformador del arte. A través de sus imágenes y su compromiso con la justicia social, el colectivo demuestra que la creatividad puede ser tanto personal como política. Desde Oaxaca hasta el reconocimiento internacional, muestra cómo lo artístico funciona como un lenguaje universal que da voz a las luchas sociales y la identidad cultural. La Piztola nos recuerda que el arte no solo refleja a la sociedad: la desafía, la inspira y tiene el poder de transformarla.


































