
Dana creció en Colorado con su familia, pero todo su linaje materno proviene de México. Por eso, cada verano, pasaba tiempo en aquel país con sus parientes. Durante su infancia, le fascinaban la literatura y la escritura, una pasión que continuó desarrollando en la Universidad de Vassar en Nueva York, donde estudió literatura.
Sin embargo, no se sentía satisfecha con la falta de representación de literatura afroamericana y chicana. Además, en el campus, la diversidad era limitada, ya que solo había dos profesores de color. Con su amor por la literatura y su deseo de explorar más las obras chicana, escribió a varias universidades, con la esperanza de encontrar un lugar para hacer un doctorado en literatura mexicanoamericana. “Estudié esta literatura para entender quién era. Fue una exploración personal y social”, dijo.
Dana Maya asistió a Texas A&M con una beca para estudiar precisamente el tema de su interés. Con esta educación, pensó que sería profesora, hasta el nacimiento de sus gemelas. Con el tiempo, encontró un puesto como editora académica en Madison, trabajando con varios profesores en sus escritos sobre distintos asuntos.
También, destacó la diferencia entre su empleo y su vocación. Su empleo es el de editora, pero su vocación y pasión es ser poeta. En su tiempo libre, es poeta pública, escribiendo sobre sus experiencias y las cosas que la inspiran. Como parte de esta pasión, Dana Maya inició una cabina de escritura espontánea, donde los poetas crean un texto gratis para cada persona. Si se recibe una donación, las ganancias financian causas y organizaciones sin fines de lucro. “Es muy emotivo, y pueden darnos donaciones para apoyar causas sociales. Es una hermosa manera de interactuar con la poesía en público”, comenta sobre la cabina.
Muchos de sus escritos están destinados a proyectos de justicia social. Ha creado poemas para galerías donde los asistentes contemplan una obra mientras escuchan un poema. De igual manera, Maya participó en el proyecto Writing the Land. En el mismo, los poetas son asignados a tierras protegidas, visitan los santuarios naturales durante todo el año y crean poemas inspirados en esos lugares. Posteriormente, estas obras se utilizan en eventos o se publican en un sitio web para apoyar y promover la causa de proteger esas tierras.
Dana Maya cree que la poesía es una herramienta muy poderosa; sin embargo, muchas personas no aprecian esta forma de literatura o no la comprenden. “Nunca he conocido a nadie que no haya aprendido a amar la poesía. Solo no ha encontrado la poesía adecuada.”