Me uní al club de sustentabilidad durante mi primer año en Viterbo. Al principio, fue algo para pasar más tiempo con mis amigas, pero ahora la sustentabilidad es una de mis pasiones. Durante el verano, junto al presidente del club de sustentabilidad Ben Lisak y el profesor Cameron Kiersch , escribí una propuesta para una beca de la ciudad de La Crosse. El dinero que recibimos, lo usamos para un jardín de plantas nativas.
Cuando estábamos escribiendo la petición de la beca nos enfocamos en el plan de acción climático de La Crosse y cómo podemos incluirlo en Viterbo. Una parte de ese plan es aumentar el apoyo de polinizadores en la comunidad, y para el 2030 sustituir 5% del césped con posturas nativas, prados, y flores silvestres. Esta fue la base de nuestro argumento para tener un jardín nativo en el campus.
Hay más razones por las que un jardín de este tipo es importante, por ejemplo: proveen un hábitat para los pájaros u otros animales pequeños y los polinizadores que viven en las plantas que promueven la biodiversidad, insectos como las abejas, las mariposas, y las polillas también se beneficiarán del jardín.
Estos jardines son importante por varias razones, entre las que se incluyen las oportunidades educativas que ofrece. Estudiantes de clases como ENVS 325 y BIOL 251 han investigado qué plantas son adecuadas y cuál es la mejor ubicación en el campus. Cuando los capullos se transformen en flores, el jardín también aportará valor estético. Además, hay datos que demuestran que pasar tiempo en la naturaleza tiene beneficios para la salud. Por lo tanto, el jardín se convierte en un espacio que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad de los estudiantes universitarios.
La plantación del jardín fue un trabajo duro. El clima no fue bueno ese día, pero nuestro deseo de hacer el trabajo era mayor. Las plantas fueron entregadas por Driftless Area Natives, un invernadero en Trempeleau, Wisconsin, que se especializan en plantas nativas. Las plantas tenían entre tres y cuatro años, pero todavía eran pequeñas. Entre las ocho personas, plantamos casi 300 plantas.
Fue difícil porque algunas partes de la tierra estaban rígidas como una roca. El experto nos dijo que las plantas nativas son muy duraderas y la tierra no es muy importante. Al final del día estábamos muy cansados y nuestros brazos y rodillas nos dolían mucho. Sin embargo, valió la pena, y en cada oportunidad que tengo miro los parterres del jardín. Uno de los jardines está entre del edificio de enfermería y el edificio de bellas artes, y el segundo es al otro lado del edificio de bellas artes.