El Dr. Richard Strauss comezó a estudiar español cuando tenía 14 años, y a sus 73 de edad, sigue considerando este idioma como una parte fundamental de su vida. Él no es el único que lo habla en su familia. Su hermano menor vive en Barcelona.
A lo largo de su vida, Richard ha visitado a su hermano en España en cuatro ocasiones, lo que le ha permitido mejorar aún más su dominio del idioma. Además, su hija mayor era maestra de español, lo que demuestra que el interés por esta lengua está presente en su familia, aunque otros miembros sólo lo hablen un poco.
Entre 1978 y 1980, cuando estudiaba medicina, Richard vivió con su esposa en Guadalajara, México, donde trabajó con una organización de servicios médicos. Esta experiencia fue en su carrera profesional, ya que le permitió interactuar directamente con pacientes hispano hablantes. Gracias a su conocimiento del español pudo comunicarse sin problemas, usando un lenguaje simple y directo con sus pacientes. Nunca recurrió a palabras difíciles o complicadas, prefiriendo siempre términos específicos y claros que facilitaran la comprensión.
Cuando Richard llegó a La Crosse por primera vez, casi no había personas que hablaran español en la zona. Sin embargo, con el tiempo, la comunidad hispanohablante ha crecido, y ahora es más común encontrar personas que hablan este idioma. Este cambio ha hecho que el español sea aún más relevante en su trabajo y en su vida diaria.
Para Richard, el español no es sólo un idioma, es una herramienta esencial en su trabajo como profesional de la salud. En su experiencia, muchos profesionales de la medicina no lo hablan, pero un número creciente de pacientes sí lo hacen. Por eso, considera crucial que los estudiantes aprendan el idioma, especialmente aquellos que planean trabajar en campos como la enfermería o la medicina.
Poder comunicarse de manera efectiva con pacientes hispanohablantes marca una gran diferencia en la calidad de la atención médica que puede brindarse. Richard aconseja a aquellos que estudian español que vivan por un tiempo largo en países hispanohablantes pues considera que el idioma es más que sólo palabras. “Es una forma de vida”, dice. Para él, sumergirse en la cultura y el día a día de un país donde se habla español es la mejor manera de dominar el idioma y comprender su verdadero valor.